RICARDO ALONSO: “LA MINERÍA PUEDE GENERAR 80.000 PUESTOS DE TRABAJO”
El reconocido geólogo habló en la segunda
presentación del ciclo sobre los beneficios de la minería sustentable.
Salta es una provincia riquísima, con un
potencial económico difícil de ponderar. Si un gobierno, cualquiera
sea, decide
seguir las líneas rectoras que guían a las economías modernas, podría llegar a
los niveles de actividad y de calidad de vida que pretendemos los salteños.
La actividad minera es un ejemplo claro. La
economía mundial -y la vida de la gente- depende de la actividad minera desde
la Edad del Bronce. Sin embargo, la preocupación general por el deterioro del
ambiente, por una parte, y el oportunismo político de quienes utilizan el
fundamentalismo con fines non sanctos, por otro, han satanizado a la minería y,
en especial, la que se practica a cielo abierto.
La realidad es que el Estado provincial, si
contempla el interés de los salteños, debe ocuparse de estimular la minería, incluso
y especialmente a cielo abierto, y de vigilar a las empresas mineras para que
cumplan las normas ambientales.
En ese contexto, el doctor en Geología y
docente de la Unsa, Ricardo Alonso, ofreció el jueves 5 de junio un informe
detallado sobre el potencial minero de Salta y las condiciones para que se
traduzca en empleo y calidad de vida.
“El potencial minero de nuestra provincia
nace de las características de los Andes centrales, emplazados sobre el
encuentro de la placa de Nazca con la continental, donde existen un millar de
volcanes únicos por sus características”, explicó Alonso, al describir a la
tierra, al subsuelo y a los valles como un ser inmenso, que nos parece inmóvil
e inerte, pero con una enorme dinámica que lo transforma sin cesar. “Dentro de
cinco millones de años nada quedará de estos valles y de estos cerros”
pronosticó Alonso cuando explicó que “la placa de Nazca avanza sobre el
continente a la misma velocidad que crecen nuestras uñas, unos siete
centímetros por año”.
Parece ciencia ficción pero no; es ciencia,
nomás.
UNA ENORME FUENTE DE EMPLEO
En el suelo y el subsuelo de Salta abundan
yacimientos de cobre, oro, molibdeno y litio (minerales estrella en la vida
moderna) plata, uranio y azufre, además de los tradicionales boratos, sales,
perlita y ónix. Son fortunas que valen miles de millones de dólares y que
atraerán inversiones, también, por miles de millones. La minería salteña está
en condiciones de generar diez mil puestos de trabajo en las minas, en blanco y
con medicina prepaga, y unos 70 mil puestos indirectos, como efecto de
multiplica ción.
Taca Taca, Lindero, Quevar y Diablillos son
lugares estratégicos; allí, la tierra es particularmente generosa. Los volcanes
fueron sacando a la superficie la riqueza de las entrañas del planeta y ahora,
cuando la erosión los va haciendo desaparecer, los minerales quedan a la mano.
A la mano de empresas que deben invertir capitales multimillonarios, porque
necesitan maquinaria de excelencia manejada por expertos. “Y a la mano de miles
de trabajadores, hoy subocupados, empleados en negro o desocupados”.
En las minas a cielo abierto, los inmensos
camiones que transportan hasta 250 toneladas de barros y minerales por viaje
son conducidos por mujeres. “Y pensar que hay una salteña a la que no le
quieren dar trabajo de colectivera!”, ironizó Alonso, al recordar a Mirta
Sisnero, un símbolo de lucha en nuestra provincia. Una paradoja, porque hasta
hace un tiempo, a las minas solo entraban varones. Para las mujeres era un
reino vedado.
EL MITO INEXPLICABLE
Sin embargo, la minería aparece como un
mito: “ La única minería significativa económicamente es lo que se llama
megaminería; la minería artesanal ya no tiene envergadura, porque las
inversiones que hace falta requieren grandes capitales”, señaló Alonso. “La
minería contemporánea maneja estándares de seguridad para la gente y para el
ambiente que en el pasado no existían”, remarcó.
Los temores, que Alonso, enfáticamente,
considera infundados, hay llevado a que muchas provincias y municipios
sancionen leyes y ordenanzas que restrinjan la minería. “Es inexplicable,
porque el mundo del siglo XXI no existiría sin minería”.
“Los grandes proyectos no se ven como un
premio de la naturaleza sino como un castigo para una sociedad mentalizada
negativamente contra la minería”, opinó Alonso.
La minería le dio vida a Salta y moldeó su
identidad a lo largo de cuatro siglos. Aunque algunos pretendan renegar de la
historia tratando de contar “qué lindo hubiera sido si hubiera sido de otra
manera” un tema para el psicoanálisis- el dato cierto es que la actividad
minera hizo posible la próspera tarea del comercio de mulas, que estructuró la
economía y el desarrollo de la provincia. Del mismo modo, una explosión
económica de Salta facilitaría la recuperación de talleres ferroviarios, la
metalurgia, los servicios de mantenimiento, el transporte en general, la
construcción y toda la cadena que surge de cualquier actividad con efecto
multiplicador.
LA ESTABILIDAD Y LA SEGURIDAD
“Sin embargo, en Salta nos toca bregar con
factores ajenos, que dependen de las decisiones del poder central; por ejemplo,
para la inversión minera son plenamente desalentadores fenómenos como las
trabas a las importaciones y las retenciones a las exportaciones que responden,
claramente, a una visión distorsionada de los mercados y la economía
planetaria, a los que debemos integrarnos, con autonomía y sentido nacional; no
hacerlo sería una conducta cavernícola”, advirtió Ricardo Alonso. Lo mismo vale
para “el cepo cambiario, la pesificación de las divisas al cambio oficial y la
necesidad de reponer insumos con el dólar del mercado paralelo, además de la
poca seriedad de las estadísticas y la inflación vergonzosa y vergonzante”. La
actividad minera es un bien extraordinario, para las empresas, para la gente y
para los pueblos. Es imposible desarrollarlo si se piensa que nuestro principal
socio comercial va a ser Angola o Azerbaijan. Y también si cada gobernante de
turno presiona para quedarse con su tajada. Sin seguridad jurídica y sin
vocación de desarrollo Salta no tendrá desarrollo minero, agroalimentario, educativo
ni laboral. Con vocación salteña, estoy seguro, podemos llegar muy lejos”,
concluyó Ricardo Alonso.
UN ENCUENTRO PARA PENSAR EL FUTURO DE SALTA
La exposición del doctor Ricardo Alonso se
produjo en la segunda jornada desarrollada por Salta en un mundo en cambio, una
propuesta para la reflexión sobre la realidad de nuestra provincia, sus
posibilidades de desarrollo y las condiciones que impone el mundo
contemporáneo.
Una mirada sobre ese mundo en que vivimos
permite vislumbrar un crecimiento de las demandas de alimentos y de recursos
mineros y energéticos que Salta está en condiciones de producir.
No existe ninguna razón para que nuestra
provincia lidere las cifras de desempleo, empleo en negro y pobreza, que falten
garrafas y que no haya gas domiciliario en todas las viviendas, que el
ferrocarril de cargas sea inutilizable y que el desarrollo agrario esté
paralizado.
Con orden institucional, seguridad jurídica
y afianzamiento de la autonomía provincial y el principio federal que consagra
la Constitución nacional, todo puede estar mejor.
En la sala del directorio de El Tribuno
estuvieron, en la tarea de coordinación, el ex ministro de Trabajo José Amando
Caro Figueroa y el abogado Daniel Nallar, el jefe de Redacción de El Tribuno,
Daniel Chocobar, los columnistas habituales de este diario Armando Frezze,
Céltico Rodríguez, Walter Neil Buhler, Francisco Fernández, Javier Cornejo,
Lucas Dapena y Julio Moreno, el rector de la Unsa, Víctor Claros, el presidente
del Concejo Deliberante de Salta, Ricardo Villada, el ex senador nacional
Ricardo Gómez Diez, la defensora oficial Natalia Buira, el catedrático en
Derecho Emilio Cornejo Costas, las economistas y docentes universitarias Silvia
Alvarez e Ivy Giraudo, la ingeniera agrónoma Gabriela Valdez Naval, los abogados
laboralistas John Grover Dorado y Víctor Hugo Sarmiento, el licenciado Felipe
Medina, los jóvenes dirigentes empresarios Claudio José Cansino, Elías Soraide
y Arnaldo López, el gerente comercial de El Tribuno, Nicolás Cornejo Costas,
los periodistas Luis Borelli, Rodolfo Ceballos, Belisario Saravia, Pablo Juárez
y el asesor de Redacción Francisco Sotelo.
UN CIENTÍFICO COMPROMETIDO
Ricardo N. Alonso es geólogo y doctor en
Ciencias Geológicas, investigador del CONICET, profesor de las universidades
nacionales de Salta y Jujuy, y profesor extranjero de la Universidad de Arizona
(USA).
Realizó investigaciones científicas y
actividad docente en varios países de América, Europa y Asia. Fue investigador
visitante, conferencista y codirector de tesis en Cornell University. Es autor
de más de 250 trabajos de investigación científica, medio centenar de libros y
capítulos de libros, y de más de 1000 artículos de divulgación científica y
periodística -la mayoría publicados en El Tribuno desde 1979- en distintas
temáticas relacionadas con las Ciencias de la Tierra. Dirigió 40 tesis de
licenciatura y doctorado. Fue galardonado con numerosos premios y distinciones
nacionales. El viernes, horas después de su presentación en Salta en un mundo
en cambio, recibió la noticia de que el XIX Congreso Geológico Argentino que se
realizaba en Córdoba le otorgó el Premio Juan José Nágera “A la difusión de la geología”,
entregado por la Asociación Geoló gica Argentina.
EL SALAR DEL RÍO GRANDE
Se encuentra en el sudoeste de la provincia
de Salta a 3.630 metros sobre el nivel del mar. Tiene depósitos mineralizados
que contienen 20 por ciento de sulfato de sodio decahidratado y salmuera con
13% de sulfato de sodio. Según un informe oficial, las reservas probadas
alcanzan a 12 millones de toneladas de sulfato de sodio.
EL YACIMIENTO LINDERO
Tiene una inversión de 200 millones de
dólares para la explotación de oro y cobre, en la puna salteña, a 70 kilómetros
de Tolar Grande, departamento de Los Andes. El proyecto iniciado en los años
noventa genera unos 1.000 empleos.
LA CASUALIDAD
Es la mayor reserva de azufre del país. Dio
vida a la Puna en su época. Ubicada en el departamento de Los Andes, en el
límite de Salta con Antofagasta, comparte las reservas con Chile. Su
reactivación permitiría generar materia prima estratégica, reactivaría el C 14
y, de acuerdo con las magnitud del proyecto, produciría una gran cantidad de
empleos.
Fuente: El Tribuno
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